martes, 26 de noviembre de 2013

El Orejón de Villena: Símbolo del pueblo villenero

Si alguna vez nos persiguiera una fiebre ultranacionalista nivel paleto-pueblo, en Villena no sonarían más que nuestros pasodobles, el Chinchamelá, y el "mi madre me ha hecho triguicoooo...". Veríamos los colores tan raramente combinados de nuestra bandera por todas partes, así como el escudo, con el león mirando a dónde le sale de los mismísimos. La estornija se declararía deporte nacional y se organizarían mundiales de Truque y Gachamiga y nadie diría ni mú sin consultar antes el diccionario villenero, lengua oficial, o recibir clases de acento intensivo con los hemanos Cabanes. 

-"I want to be Villenero... esto ¿Cuela?"
Buen intento JuanCarl, pero sin el "Acho"
y el "katakí la bajoca" no nos engañas.

Pero si algo elegiría el pueblo villenero, como máximo reperesentante del mismo y supremo símbolo villenense (con permiso del castillo) es a nuestro simpático y extraviado tardón de madera. Los villeneros se ven claramente representados en el Orejón y su torre, que va más allá del cariño y añoranza. Prueba de ello es que mires dónde mires... en Villena... siempre encontrarás su grotesco rostro sonriéndote, ya sea en sus calles, en sus productos, en la cultura o en hasta en la red:

El Orejón, everywhere.

¿Y esto a qué santo viene? Pues viene de la vena patriótica-chica que le salió a más de uno tras la presentación del libro de Pedro Villar. Si no me creen, aquí os dejamos el vídeo del acto (cortesía de los majetes de las Runas de Hefesto):


Je, je, seguro que algún exaltado se emocionaría tanto que acabaría gritando aquello de "¡Villena Independencia... Acho!". Nosotros, más moderados, nos limitamos a felicitar a Pedro Villar y a Pepe Pastillo, por parir esta joyica de la cultura local.

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