miércoles, 11 de enero de 2017

50 años del Oso y el Madroño

El día de ayer, 10 de enero (sí, siempre llegamos tarde a estas cosas), se cumplían 50 añicos desde la inauguración, en la Puerta del Sol de Madrid de una de los monumentos más famosos de cuantos ha esculpido Antonio Navarro Santafé: El Oso y el Madroño.



El caso es que ni los propios madrileños parecen conocer los detalles y curiosidades acerca de su heráldico conjunto escultórico. El caso es que en principio no iba a ser siquiera un monumento, la primera idea del encargo al escultor villenense era la de elaborar un souvenir, un detallico, un típico recuerdo tipo llavero y a escala de bolsillo, para que el visitante se llevara una versión tridimensional del escudo de la Villa.

Antes del grandote, lo hacía en miniaturas para
obsequios del Ayuntamiento, en lotes de 24.

Por si fuera poco, el oso resulta no estar solo en este mundo, pues tiene un hermano pequeño, un osezno muy parecido que Navarro Santafé esculpió antes para el también madrileño Parque de Berlín, esta vez aludiendo a otro oso heráldico de escudo de urbe europea, el de la capital alemana.

 


Esto no acaba aquí, pues el propio escultor realizó una versión más pequeña del Oso y el Madroño para la griega Plaza de Madrid en Atenas (ojo, no confundir con el Parque de Atenas de Madrid). Si además, alguien se asombrase por el realismo del animal, es porque Antonio era la leche como animalista (reconozcámoslo) y por tener un modelo real. 

Así de "anatómicamente" bueno era.

El oso de verdad que quedaría inmortalizado era conocido como "el Novio de la Chata", un ejemplar de oso pardo de los Picos de Europa que vivía en el Zoológico del Retiro. Eso sí, no nos preguntéis cómo pijorra se las arregló para que posara o levantase la patica cada vez que hiciera falta.

Osera de la Casa de Fieras del Retiro en 1938
 (el oso del monumento aún no había nacido).

En cuanto a la ubicación se llegaron a proponer diversos emplazamientos. Se llegó a sugerir colocar la escultura en Puerta de Hierro, pero Navarro Santafé protestó indicando que quedaría allí mu chiquitico y pasaría desapercibido, habiendo sido necesario hacerla mucho más grande (y por lo tanto, más caro). También se propuso la Plaza Mayor, pero consideró que no destacaría tanto al competir con la gran estatua ecuestre de Felipe III. Hasta Sol fue en principio cuestionado por estar atravesado su subsuelo por las galerías del metro de Madrid. Y es que puede parecer poca cosa, pero el animal y el arbustico llegan a pesar en todo su conjunto hasta 6 toneladas y media, por lo que se temía algún problema estructural. Finalmente se solucionó el problema al instalarse sobre un bloque de hormigón capaz de soportar hasta más de seis veces el peso del monumento completo.

El 600 que se aprecia detrás del camión (que carga el monumento) es el del
propio Navarro Santafé. Cruzando Cibeles, por cierto, el día de la instalación.

La inauguración estaba prevista para la Nochebuena de 1966, pero por una cosa u otra, el acto se aplazó hasta el día 10 de enero del año siguiente. De hecho, parece ser que se instaló un 5 de enero, fue portada de periódicos el día 6 y durante la noche del día 9 cayó una buena nevada en la capital. Así que la inauguración fue un éxito por el gentío del día 10 que se aprecia en las fotografías, pese al frío y a la amenaza de lluvia.





Otros medios parecen querer prorrogar el aniversario hasta el día 19. Como somos como somos en El Orejón, hemos decidido averiguar por qué ayer aparecían noticias relacionando el aniversario con el 19 de enero. La investigación duró apenas medio minuto: Nos bastó con mirar en Wikipedia (ese periodismo de hoy en día...). Resulta que buscando en el historial de la página del monumento sí aparecía la fecha incorrecta, al menos hasta ayer mismo, suponemos que corregida por motivo del cincuentenario.



¡Ah! Que se nos olvidaba. Una última cosica: Vale que el oso modelo de carne y hueso fue "el Novio de la Chata", pero... ¿Sabéis como se llama su famosa versión de bronce en la Puerta del Sol? El propio Antonio Navarro Santafé lo bautizó como "Felipe".

Sí. Felipe... Como el de cierta zarzuela de cierto compositor... Del 
que era muy fan y muy compatriota el bueno de Antonio, sea dicho.

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