Aquí el de fiestas, de Vicent Ramón Pascual:
Que yo no sé si es porque es de estética algo viejuna (setentera o así) pero nosotros diríamos que ya habíamos visto esas caricas de moro y cristiano, si no iguales, mu parecidas en algún cartel de fiestas del año la pera.
La cara del chaval es un poquico inquiente, un poquico bastante. Se nos antoja la típica composición surgida en el coco de un fumeta muy puesto de porricos. O eso o una visión alucinógena del tipo mística, de esas que han dado lugar a tantos "milagros" y hermitas de peregrinaje. Pues eso, inquietante.
De este no vamos a opinar. Sólo tenemos dos palabricas que declarar: LÍNEAS BLANCAS.
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