sábado, 28 de junio de 2014

De capitanas y alférezas

Como todo buen villenero sabe (entiéndase villenenero como sinónimo de festero), en realidad en nuestras fiestas únicamente hay una, y sólo una, tradición en nuestras sacro-santas fiestas. Dicha costumbre es la tradicional polémica festera, que cada año parece que debe ser distinta. En realidad cada temporadica tiene una o varias polémicas festeras en alza, a veces de gran relevancia y otras tantas exageradas por la costumbre de ir respetando tan arcaica tradición.


En esta ocasión, la comparsa de Ballesteros vuelve a poner a debate el temica de eliminar la palabra "varón" de los estatutos festeros en lo referido a los cargos de capitán y alférez. Con 26 votos a favor, 41 en contra y 2 abstenciones en la asamblea de compromisarios de la Junta Central, se impidió el ver estos cargos ocupados por mujeres. El verdadero problema aquí no es el tema de la igualdad, sino, precisamente, el de las mencionadas tradiciones.


Este problema se fue gestando en realidad desde el amanecer de la misma fiesta, con tres cargos heredados de las milicias y la soldadesca, como hoy, pero con un cambio significativo: En lugar de Capitán, Alférez y Madrina estaba el Capitán, el Alférez y... el Sargento, cargos ya documentados en el siglo XVI. Esta figura se acabó perdiendo, pues molaba mucho el rodar la bandera y capitanear los disparos de arcabuz, pero el sargento... ¿Qué pijorra hacía?¿Llevar la vara de mando?.


El caso es que el papel de la mujer en los desfiles se limitaba a las escasas cantineras que pudieran acompañar a ciertas comparsas (¿Veis de nuevo la herencia de la soldadesca?). Así que a mediados del siglo XX se inventó el cargo de las madrinas, ocupando el del desaparecido sargento, y el de la Regidora, a imagen de las "reinas" de las fiestas que se popularizaban en la época a modo de "compensación" para las mujeres. Así los organizadores de la fiesta se limpiaban la conciencia, concluyendo esta serie de homenajes "generosamente regalados" a la mujer con la famosa cena del día 4 (antes llamada Cena Homenaje a la Mujer).


Muchos años más tarde de lo que cabría esperar se consiguió el mayor acierto que jamás se diera en la fiesta: la mujer podía desfilar. Y todo fue bonito y guay: Había igualdad, todo muy democrático, el número de festeros se disparó y la fiesta mejoró a zancadas. Pero seguían existiendo esos cargos de la vieja soldadesca y las madrinas y regidoras como cargos compensatorios. Así el ambiente se volvería a calentar cuando la mujer pretendiera ostentar los cargos exclusivamente masculinos.

Y dándole la vuelta a la tortilla...

Como siempre, desde El Orejón pretendemos colaborar en la resolución pacífica de estas polémicas veraniegas con una nueva propuesta resolutiva: ¡Madrinos y Regidoros ya!.

Buen rollico

No hay comentarios:

Publicar un comentario