Una buena zambomba pandorguera y la clásica botellica de Anís Villena, con su cuchillico raspador. Es el ambiente que reina en los tímpanos villeneros en estos días. No es música clásica, ni son solistas de ópera los familiares que se lanzan a berrear cualquier villancico, pero desde aquí sólo queremos pediros una cosa...
...por favor... al menos tratad de afinar. Porque uno escucha cada cosa a altas horas, que son capaces de hacer polvo tus oídos. Si el Orejón siguiera por aquí sufriría por tan amplios apéndices auditivos, por lo que nosotros ya tenemos regalo pa reyes para nuestro querido tardón:
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