Mucho rascar, pintar y repintar, y mareos de cabeza se han tenido que sufrir con el problemilla de ese vandalismo urbano que son las pintadas. Porque una cosa es el arte urbano y otra "decorar" pa hacer la gracia, en nuestros edificios y monumentos.
Pues a raíz del pasado festival New School III de Villena, se ha tratado de combatir el fuego con fuego, el vandalismo callejero con arte. Y es que desde la semana pasada se pueden admirar en los muros de la Kakv (los que dan al callejón) unos graffitis la mar de bonicos, nada que ver con esas gracietas infantiles que ensuciaban la fachada.
Un gran ejemplo de cómo usar el coco para bien.
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