lunes, 6 de mayo de 2013

Villena: Un verdadero Juego de Tronos (Parte I)

Ahora que cierta serie de novelas fantásticas se han hecho tan famosas gracias a la serie Juego de Tronos mucha gente conoce las intrigas, guerras y conspiraciones entre las distintas casas que protagonizan la saga.
Vale, ¿Y porqué os contamos esto? Pues porque la historia del Señorío-Ducado-Principado-Marquesado de Villena (ya será por títulos) le da de patadas a cualquier ficción novelesca.


A lo largo de los siglos, los reinos y reyes, el puesto de amo y señor de Villena y todas sus tierras ha bailado entre familias, casas reales, nobles, funcionarios, conspiradores, guerreros, escritores, reinas, asesinatos, secuestros, guerras internacionales, contrabandistas, astrólogos, infantes, condes, marqueses, príncipes, repoblaciones... y política, mucha política en el sentido más sucio de la palabra.

-"Bueno... al menos no teníamos escraches..."
-"Je, je..."

El caso es que si sumamos todas las posesiones que a lo largo de esta historia caían bajo dominio del señor de Villena tenemos un territorio más que extenso. Seguramente en el colegio habréis estado hartos de escuchar aquello de que "Antes una ardilla podía cruzar España entera de rama en rama sin tocar el suelo". Pues la primera versión conocida de tal exageración (pobre de la ardilla que tenga que pegarse tremendo viaje) se le atribuye a la frase que le dijo nuestro Príncipe de Villena a su prole:
-"Hijo mío, puedes cruzar la península durmiendo en un castillo tuyo, desde la mar de Santa Pola hasta la de Vizcaya". Príncipe Don Juan Manuel, vacilón profesional. 
Puede que se para un poco el bueno de Juanma, pero si vamos sumando territorios,dominios, municipios y tierras que a lo largo de la historia controlaba el privilegiado amo de estos terrenos nos sale una región bastante aceptable, superior a buena parte de los países europeos actuales:

Muuuuuucho sitio pa un sólo tio.
(El puntico ese chiquitico es Villena)

Normal que reyes, nobles y gentes de poder se dieran de tortas por controlarlo, aunque sólo sea un pedacico de ná. Una buena franja de frontera entre los reinos de Castilla y Aragón era un lugar mu jugosico pal negocio, la política y la economía. En tiempos de Don Juan Manuel, el señorío era tan poderoso que sólo  le faltaba el acuñar moneda y tener corona propia sobre la testa para ser un reino independiente. De hecho se podía permitir el guerrear con ambos reinos pese a ser teórico vasallo o aliado de ellos.

Se las daba muy de escritor...
y las mataba callando.

Como ya esto se nos va alargando, para no hacer muy pesadica la lectura, publicaremos mañana la segunda parte de la entrada, donde detallaremos todos los individuos que se han sentado en el "Trono de Hierro Villenense" y de sus chanchullos y batallicas.

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