miércoles, 22 de mayo de 2013

Caen los muros

En el mito hebreo de la conquista de Jericó, a los judíos sólo les hizo falta el ir dando vueltas a la ciudad tocando trompeticas y cornetas (en la Torá no se dice si los músicos cobraban por el pase, pagaban SGAE o si eran de Bolbaite), para derribar las murallas de la milenaria urbe.

¡Parad...! ¡Pagaremos...! ¡Pagaremos a la SGAE!  

En Villena no han hecho falta procesiones de tuba  y clarinete, cayeron ante la expansión urbanística (la misma historia de siempre). En lo reciente, de hecho, basta una buena temporada de lluvias para echar abajo parte de las viejas murallas. Esto último es lo que ha sucedido la pasada semana, que se derrumbó un buen pedazo del lienzo de la subida al castillo por Santa Bárbara.



El tapial no aguantó las últimas lluvias y se desplomó por su parte más débil, no llegando a herir a nadie por el difícil acceso a la zona (por suerte). Quienes construyeron la muralla emplearon mano de obra morisca (¿os suena de los "buenos" tiempos?) para levantar estas partes del cerco y se les olvidó certificar algún sistema de calidad ISO tropecientosmil o el poner, al menos, una fecha de caducidad, en plan "Advertencia: con los siglos esto flojea".

Y yo currando sin contrato...
¡Maldita Edad Media de los coj...!

El caso es que la noticia nos ha servido para descubrir que en la calle José Zapater persiste también otro trocico de la muralla medieval de Villena. Dicen que está "camuflada"... a ver si la encontráis, vosotros que sois tan listicos.

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