A parte de pandorguicas, panderetas y demás cacharros con los que se le invita al cielo a nublarse con intención de amenaza de lluvia, no podría faltar el acompañar el más enfarinao de los villancicos con una buena base con el cuchillico y la botellica, rasca que te rasca.
...y luego os preguntábais que por qué llovió la noche del día de Navidad. Mucho cante y poco afinar, tenéis delito.
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